Entrevista de CARO KIM a DIEGO SZTULWARK.

 

En una entrevista con FM La tribu antes de las elecciones dijiste que Macri era la continuación del proyecto de la dictadura con medios democráticos. Puedes explicar por qué dijiste esto y si hoy, a dos meses de gobierno de Macri lo seguirías diciendo?

No he cambiado mi opinión sobre Macri y el grupo de poder que lo acompaña y al que él representa, aunque creo que hay que adoptar una actitud prudente. Cuando afirmo que Macri representa una continuidad respecto de la dictadura intento enfatizar en dos cuestiones: la primera es el aspecto corporativo (además de militar) de la última dictadura (76-83). Junto al genocidio, la dictadura fue un proceso “constituyente” reaccionario: modificó el funcionamiento del estado a favor de la acumulación financiera, creando leyes infames –como por ejemplo la que regula la inversión externa, o el comportamiento de las entidades financieras- que aún hoy siguen vigentes. Esa herencia de la dictadura es la que hoy reaparece. El segundo aspecto del renacer de la dictadura bajo el gobierno de Cambiemos es una cultura del todo banal, que adora el orden por el orden. Esa banalidad, como diría Arendt, conlleva un “mal”. Los primeros meses de gobierno hemos visto renacer protocolos represivos para la protesta social y el empoderamiento de las fuerzas de seguridad; hemos visto recrudecerse políticas de despidos masivos (en el Estado y en muchas empresas); hemos visto como vuelven a ocupar cargos importantes en el gobierno personas ligadas a grandes empresas.

Dicho esto, agrego que hay que mantener una prudencia, no respecto a la naturaleza del nuevo gobierno –aunque es evidente que ya a este nivel existen importantes novedades: estamos ante una derecha más moderna, versátil en el mundo de los mas meddia y las redes sociales, mucho mas atenta y lúcida en todo lo que tiene que ver con la producción de consensos-, sino respecto del proceso político como tal. Estamos obligados a preguntarnos cuales son las razones para que un gobierno como este sea posible hoy en el país. Tenemos mucho por entender. No podemos simplemente decir Macri es la dictadura. Si no entendemos el proceso en curso no seremos eficaces en nuestros intentos de ponerle freno. No hay que olvidar tampoco que, de ser exitoso en sus términos, este gobierno puede obrar como laboratorio para la región.

Hubieras esperado que el nuevo gobierno empiece su turno con esta lluvia de medidas (anti-democráticas?) Hubo algo q te sorprendió o fue cómo te lo veías venir?

Sin haber previsto la dureza autocrática de muchas de las medidas que se están tomando, no creo que pueda hablarse de una verdadera sorpresa. El gobierno actúa con mucha racionalidad en sus términos. Prueba por todas las vías y avanza por donde ve que no encuentra mayores resistencias. En todo caso las sorpresa hay que ubicarlas en otro nivel: en la docilidad con que se vivió el proceso previo, el de la selección de las candidaturas: todos los candidatos con chances ciertas de acceder al gobierno (Macri, pero también los peronistas Scioli y Massa) eran personas sin recursos personales ni políticos para enfrentar el mando que surge de la crisis continua a nivel del mercado mundial; en el triunfo de Macri en los tres estados principales del país (el Federal, el de la Ciudad de Buenos Aires y el de la Provincia de Buenos Aires); y en la facilidad con la que el gobierno desmonta políticas del gobierno de los Kirchner. Estas tres sorpresas agravan el hecho de que la capacidad de resistencia popular no es aún efectiva, y por eso el gobierno va logrando orientar su política al total sometimiento de una nueva versión del neoliberalismo adecuado al contexto sudamericano actual.

Cómo es la situación en el país, cómo ha desarrollado el clima política en estos dos meses? Que dicen los movimientos sociales, las bases? Qué es lo que más se critica?

Creo que las organizaciones sociales, como todos, intentan aún comprender lo que pasó. A toda velocidad se intenta hacer un balance del proceso político kirchnerista (lo que muchos llaman un “fin de ciclo”), y de entender mejor lo que viene. Muchas organizaciones han sido parte del gobierno y ahora se ven sometidas a una nueva dinámica. Creo que se está pasando de una fase de perplejidad inicial a otra en la que se va haciendo cada vez mas urgente definir nuevos instrumentos para poner límites a las ofensivas del gobierno. Sobre todo en el nivel de la defensa del poder de ingresos de los trabajadores; en el aspecto anti-represivo; y en el endurecimiento del agronegocio. Esta semana se va a producir el primer paro nacional contra el gobierno (estatales y docentes, los gremios claves de la CTA), y pienso que el 24 de marzo (se celebran 40 años del golpe) habrá una expresión masiva en las calles de todo el país de rechazo a políticas oficiales.

En cuánto cambia con el nuevo gobierno el rol de la protesta social? Qué pasa con la criminalización de ella? Hay más movilización ahora? Cómo ves el desarrollo de los movimientos sociales en el futuro próximo?

Me parece que se van a afirmar nuevas modalidades de lucha social, aunque aún no es fácil anticiparlas. Las organizaciones que no fueron parte del gobierno tienen una contacto real con los problemas y las percepciones populares y una gimnasia en esto de hacer política sin apoyo del estado. Las que fueron parte del gobierno, en cambio, están aún procesando el impacto de la nueva situación. Al lado de las grandes organizaciones sindicales, que tienden a apoyar al nuevo gobierno, han surgido otras mas combativas, basadas en procesos de base y asamblearios. También en las organizaciones territoriales maduran reflexiones políticas de sumo interés. Es de esperar que la experiencia de lucha que viene de mediados de los noventas sea recobrada ahora en un contexto diferente, de inédita agresividad política desde el estado; de retracción de los gobiernos llamados “progresistas” de la región; pero también de un triunfo inocultable de un modo de acumulación que liga gobierno de las finanzas, neoxtractivismo e inclusión popular vía aumento del consumo. ¿Este modelo va a ser cambiado por otro o se va a reformular en sus términos? Me parece que los movimientos que sepan leer el contexto van a tender a afirmar su presencia y su eficacia.

Sería posible comparar la situación de ahora un poco con la situación después del 2001? En cuanto a la organización, movilización, militancia? Cuáles serían similitudes, cuáles diferencias?

No creo que se pueda hacer una comparación directa. En 2001 había exclusión masiva y hambre. Había además una convergencia de diversas luchas autónomas de suma eficacia (la lucha piquetera; las formas de supervivencia vía trueques; las miles de fábricas recuperadas; la formidable difusión de las luchas por los derechos humanos, etc.). La situación es hoy bastante diferente. El gobierno de los Kirchner incluyó a mucha gente en el consumo vía planes sociales y creación de puestos precarios de trabajo. Además, creció mucho el circuito de las economías informales. En 2001 en los barrios hubo una reacción basada en una practica de comunidad, reunida en torno a la “olla popular”. No es esto lo que vemos hoy en los territorios. La capacidad de crear organización, hoy, requiere un nivel muy alto de preparación para enfrentar la violencia territorializada en torno a la persecución de la renta. La violencia patriarcal, racista, policial ha crecido mucho y es un desafío real para las organizaciones militantes. Dicho esto, el 2001 no deja de volver (tal vez no haya desaparecido nunca del todo), porque 2001 es la memoria de las subjetividades que habitan la crisis, que extraen su potencia política y subjetiva de la crisis.

Cómo es la opinión pública (también en los sectores más conservadores)? Se condena al estilo de gobierno de Macri? hay parte de los sectores que hayan votado a Macri que ahora ya toman distancia?

Hay críticas a ciertas desprolijidades institucionales, personas perjudicadas por los despidos, preocupación por la inflación y el aumento de precios, conciencia de la perdida de poder adquisitivo. Pero aún así, domina todavía el apoyo al gobierno. Y ha perdido apoyos. Al contrario, sectores importantes del peronismo ayudan a Macri a gobernar y la popularidad del presidente, según las encuestas, sigue siendo alta. ¿Cómo entender este apoyo al nuevo gobierno? En perspectiva, no es fácil comenzar a responder esta pregunta sin tomar en cuenta los siguientes factores: 1. La precarización de los procesos de “inclusión social” del gobierno previo; 2. El crecimiento de una “subjetivación” mas ligada al consumo (a un tipo de consumo estandarizado, vinculado a la generalización de la renta) que a la ciudadanía, en la que se afirman valores ligados a la seguridad y al deseo difuso de normalidad (una demanda de orden moral contra la corrupción; de orden institucional contra el “cepo” cambiario; de orden callejero contra los “piqueteros” y la inseguridad, etc); 3. El debilitamiento de la politización autónoma como forma de procesamiento colectivo y su sustitución por una polarización en la que a la presencia abrumadora de los grandes medios, se le respondió con un tipo de militancia mas enfrascada y obediente al equipo de gobierno.

Hay miedo entre los sectores ahora opositores? Por ejemplo en lxs miles de despedidxs del sector público? Los despidos entran en el “revanchismo anti-kirchnerista”? La criminalización de la militancia tambien? Qué papel juega la famosa “grieta” entre kirchneristas y anti-kirchneristas? Cómo usa el nuevo gobierno el concepto de crisis en su discurso para legitimar medidas políticas?

Predomina la angustia y el miedo de perder el trabajo. Los despidos han sido masivos y crueles. Miles de personas viven bajo amenaza diaria de perder sus ingresos. Los despidos son enteramente revanchistas. El gobierno argumenta que las políticas populistas hicieron crecer el empleo improductivo haciendo crecer el déficit de cuentas. Y que esto se puede resolver echando empleados que son militantes kirchneristas. El gobierno se ha propuesto desarmar al kirchnerismo, deskirchnerizar al peronismo. La crisis juega un papel justificador. Un modo de pedir tiempo, de pedir confianza. Durante estos primeros meses el presidente Macri, que llegó prometiendo mejorar los estándar de republicanismo, ha hecho de la excepción la base jurídica de casi todas sus medidas.

Qué para vos es lo “nuevo” de Macri? Qué lo peligroso?

Lo nuevo, me parece, es haber canalizado la formación de una voluntad de orden y normalidad que venía creciendo como respuesta conservadora luego de la crisis del 2001. Esta novedad, creo, consiste básicamente en dos operaciones: comprender que esta “voluntad de norma” era un lugar promisorio desde el cual leer e interpelar el descontento social; maximizar el uso de las tecnologías de penetración social para sintonizar y proveer un código común a situaciones de las más diversas.

Cómo pensás va a cambiar la cultura política con el nuevo gobierno?

Creo que macrismo capitaliza la formación de una cultura del orden que viene creciendo desde hace años. En todo caso, sabe leerla, sintoniza con ella y la canaliza. La hace sentido común general. La fuerza de esta normalización es arrasadora. El kirchnerismo (y buena parte de la izquierda) creyó que la disputa hegemónica era de orden ideológico, de ideas, en el sentido teórico o intelectual. La victoria actual del macrismo, sin embargo, se da sobre todo a nivel sensible. De la percepción. El deseo de orden es también una naturalización extrema de las diferencias sociales, étnicas, clasistas y supone una patologización de todo deseo de fugar/trastocar el orden. En este sentido no se trata de una cultura del gobierno sino de la sociedad, que el gobierno aprovecha porque se adecúa muy bien con la suya propia, fundada en la idea modernización como adecuación al mercado mundial. Esa adecuación se produce mediante una estética y una retórica irritante, desproblematizadora, que promete una “revolución de la alegría” con globos amarillos.

Cómo esperas va a seguir la situación política en el país? Puede seguir el gobierno con el discurso de reconciliación y alegría cuando estén programados los conflictos? Se fortalecerá la protesta social en esta lucha? Digamos como escribiste vos, es posible, que la izquierda militante va a popularizarse y suscitar una nueva rebeldía?

No es fácil decirlo. La historia argentina enseña que en situaciones como estas la dinámica política depende del tiempo que tarde el peronismo en unificarse y en decidir para donde quiere marchar. Por el momento gobernar en torno a valores como la unidad y la conciliación da crédito al gobierno y entre quienes no forman parte de él hay una división notoria entre quienes se plantean hacer una resistencia (poniendo en el centro la idea de conflicto) y quienes se proponen como oposición (haciendo hincapié en el juego de las instituciones y en la moderación que parece imponerles su interpretación del tiempo político). Todo esto es fácil de describir. Pero lo importante no es esto, sino la lección que podamos extraer el ciclo político entero, aquel que comienza en 2001, a nivel nacional (y también regional). Lo diría así: ¿qué vamos a hacer los que afirmamos que la política sólo es transformadora cuando se articula con las subjetividades de la crisis?

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